El empaque es el primer canal visual de comunicación entre la marca y los consumidores.
El empaque lleva consigo un sinnúmero de significados ya preconcebidos en la mente del usuario que le facilitan una rápida asociación y ubicación de este dentro de la categoría a la que pertenece, teniendo presente que el diseño ayuda a guiarlos desde el empleo de algunos códigos dados desde el color, la forma del empaque, logos, acabados, tipo de material y símbolos que logran asociarlo casi de manera inmediata con su uso.
En la actualidad es común encontrar algunas marcas que intentan explorar nuevos diseños dentro de la categoría a la que pertenecen, en busca de nuevos mercados rompen con algunos lineamientos de su clase, en muchas ocasiones funciona porque los usuarios ávidos de nuevas expresiones, aceptan probar los productos, o quizás por simple curiosidad, pero es importante no olvidar que para lograrse tal objetivo, la marca debe contar con toda una ESTRATEGIA DE COMUNICACIÓN, que le permita al usuario entender el rumbo que toma la marca, sin que se produzca una ruptura entre consumidor-producto, y así evitar que se desligue de esta.
En la actualidad es común encontrar algunas marcas que intentan explorar nuevos diseños dentro de la categoría a la que pertenecen, en busca de nuevos mercados rompen con algunos lineamientos de su clase, en muchas ocasiones funciona porque los usuarios ávidos de nuevas expresiones, aceptan probar los productos, o quizás por simple curiosidad, pero es importante no olvidar que para lograrse tal objetivo, la marca debe contar con toda una ESTRATEGIA DE COMUNICACIÓN, que le permita al usuario entender el rumbo que toma la marca, sin que se produzca una ruptura entre consumidor-producto, y así evitar que se desligue de esta.
El consumidor basa su compra en la experiencia, en los hábitos que ha concebido desde que ha usado el producto o lo conoce, es importante reconocer esos momentos de compra para permitir llegarle de manera más directa y efectiva. No solo basta estar en la mente del consumidor (Top of mine), sino generar una compra, para ello los empaques como punto focal de atención en los puntos de venta, deben permitir que el usuario lo identifique de forma inmediata y no darle tiempo a otras marcas para que le brinden información adicional que pueda desviar la atención.
El color es un buen ejemplo como guía para el usuario, también están las formas de los envases, pero se diría que un color que no pertenezca a la categoría del producto puede casi que de inmediato llamar la atención, pero debe tenerse cuidado con no desviarse del significado esencial, ya que el usuario se podría confundir o quizás desecharlo automáticamente ya que su cerebro lo excluye por no identificarlo con el producto que busca.
Es común seguir encontrando la aplicación de los colores asociados a su uso, por ejemplo el verde en productos de aseo de hogar y asociados al limón siguen reforzando la idea de limpieza, protección, efectividad. El azul por su parte sigue siendo un color más antibacterial (libre de bacterias y mugre), suavidad, limpieza y protección.
Los colores cálidos entre la gama de los amarillos, naranjas y rojos, siguen estando muy ligados a empaques de alimentos mucho más energéticos, galletas, bebidas, chocolates, dulces.
No solo los colores y las formas son importantes a la hora de influenciar en la compra, pero no es el único canal al que se le debe dar fuerza, la publicidad previa guía al usuario sobre estos, además se debe tener muy presente que las conductas ya establecidas en el consumidor se pueden modificar siempre y cuando se conozca su forma de comprar, sólo así se podrán generar nuevas estrategias que permitan inducirlo a una nueva manera de consumo.
El color es un buen ejemplo como guía para el usuario, también están las formas de los envases, pero se diría que un color que no pertenezca a la categoría del producto puede casi que de inmediato llamar la atención, pero debe tenerse cuidado con no desviarse del significado esencial, ya que el usuario se podría confundir o quizás desecharlo automáticamente ya que su cerebro lo excluye por no identificarlo con el producto que busca.
Es común seguir encontrando la aplicación de los colores asociados a su uso, por ejemplo el verde en productos de aseo de hogar y asociados al limón siguen reforzando la idea de limpieza, protección, efectividad. El azul por su parte sigue siendo un color más antibacterial (libre de bacterias y mugre), suavidad, limpieza y protección.
Los colores cálidos entre la gama de los amarillos, naranjas y rojos, siguen estando muy ligados a empaques de alimentos mucho más energéticos, galletas, bebidas, chocolates, dulces.
No solo los colores y las formas son importantes a la hora de influenciar en la compra, pero no es el único canal al que se le debe dar fuerza, la publicidad previa guía al usuario sobre estos, además se debe tener muy presente que las conductas ya establecidas en el consumidor se pueden modificar siempre y cuando se conozca su forma de comprar, sólo así se podrán generar nuevas estrategias que permitan inducirlo a una nueva manera de consumo.
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